lunes, 13 de enero de 2025

Amor bendito de Querina Felisardo

El amor es pulso, es vida, es enigma y complejidad.

Relación de cuerpo y alma, ebullición, brasa y necesidad,

Que conecta a un ser con otro con tácticas de pasión,

Buscando completud y plenitud en el corazón.

De Eros a Agape, romanticismo, atracción.

Deseo, fantasía o simplemente idealización,

Divino, inalcanzable, singular y universal

Sacrificio genuino, devoción trascendental.

Ya sea storge o filial, ludus, pragma, fraternal

El amor es movimiento, abastece el alma y es inmortal,

Siendo sólido y flexible, es maduro y verde,

Es guerra y calma, es suave y vibrante.

Un lenguaje sin acentos, el idioma más hablado,

Se adapta a cualquier talla, es tela sin terminar,

Ligera, libre, fluida, con el tiempo se irá a bordar.

Sufre lento quien no ama , también quien no es amado,

Sufre de desilusión, de un corazón roto y entristecido;

El sufrimiento es suelo fértil, es abono en una plantación.

Para él brotan nuevos capullos, amores sin ambición.

La piedra se vuelve fértil, la arena fertilizada.

Y, en esta tierra sagrada, marcada y sangrando de dolor.

Renace, bendito, de la roca, simple y sencillo amor.

Poesía publicada en 2023, en la Colección “Simplesmente Amor”

Referencia: Editora PerSe – Projeto Apparere

Derechos reservados a los autores (artículo 122, Ley de Derecho de Autor – Brasil)


Portugués


Querina Felisardo

O amor é pulso, é vida, é enigma e complexidade

Relação de corpo e alma, fervura, brasa e necessidade,

Que liga um ser ao outro com táticas de paixão,

Buscando completude e preenchimento ao coração.

De Eros a Ágape, romantismo, atração

Desejo, fantasia ou só idealização,

Divino, inatingível, singular e universal

Genuíno sacrifício, devoção transcendental

Seja storge ou filial, ludus, pragma, fraternal

O amor é movimento, supre a alma e é imortal,

Sendo sólido e flexível, é maduro e verdejante,

É guerra e calmaria, é ameno e vibrante.

Uma língua sem sotaques, o idioma mais falado,

Cabe em qualquer tamanho, é tecido inacabado,

Leve, livre, esvoaçante, pelo tempo vai bordado.

Sofre lento quem não ama, sofre quem não é amado,

Sofre por decepção, por coração despedaçado;

Sofrimento é solo fértil, é adubo em plantação.

Por ele brotam renovos, amores sem ambição.

Pedregulho se torna fecundo, o arenoso um primor.

E, neste solo sagrado, marcado e sangrando de dor.

Renasce, bento, da rocha, singelo e simples amor.

Poesia publicada em 2023, na Coletânea “Simplesmente Amor”

Referência: Editora PerSe – Projeto Apparere

Direitos reservados aos autores (artigos 122, Lei dos Direitos Autorais – Brasil)




A poesia Amor Bendito está no livro da Coletânea Simplesmente Amor, página 188. O livro pode ser adquirido no site Coletânea Simplesmente Amor... | Amazon.com.br

El poema Amor Bendito se encuentra en el libro de la Colección Simplemente Amor, página 188. El libro se puede adquirir en la web Coletânea Simplesmente Amor... | Amazon.com.br

viernes, 10 de enero de 2025

Las hamburguesas y los 50 euros.

 

Título: “Las hamburguesas y los 50 euros”

Autor: Francisco Morales Domínguez.

       En esta vida hay dos clases de personas: los que mandan y los que obedecen. Mi madre en casa era la que mandaba, aunque a veces lo hacía mal, sin embargo, había que acatar lo que decía. Me ordenó comprar unas hamburguesas para comer y me dio 50 euros.

   —Quiero la vuelta —dijo ella.

   —¿Puedo poner una bonoloto? —pregunté.

   —Con tu dinero puedes hacer lo que quieras, pero yo quiero la vuelta.

    Tenía un par de euros, así que, sin más dilación, como un niño bueno, me dirigí a hacer el mandado. Salí de casa en un noviembre con un sol que rajaba las piedras, iba con el bañador y una camiseta. El bañador era unos shorts. Pasé por la hamburguesería y le hice el pedido. Para no esperar como un tontaina, fui a poner la bonoloto. Tenía una razón de peso: había un suculento bote. Cuando me dirigí al estanco me eché la mano al bolsillo y tenía los 50 euros. Puse la bonoloto con la gran esperanza de salir de pobre. A medio camino entre la hamburguesería y el estanco, me vuelvo a meter la mano en el bolsillo llevándome una gran sorpresa, ¿dónde están los 50 euros? Alarmado, vuelvo a meter la mano, pero solo tengo la bonoloto. ¡Dios mío!, ¿y ahora? ¿Qué le digo a mi madre? Lo principal del momento era actuar con inteligencia y no perder los nervios, así que volví sobre mis pasos. Veía a la gente caminar, subía y bajaba. Sin embargo, no desistí de mi misión, caminaba como un agente secreto en busca de una fortuna, de una señal que me diera el destino. Miraba todos los rincones mientras subía la calle camino del estanco. De pronto, vi un papel en el suelo color marrón. Estaba próximo a ir a la carretera, así que corrí ilusionado, me agaché y me llevé la grata sorpresa que eran los 50 euros. ¡Eureka! No me lo podía creer. Estaba salvado de la bronca que me iba a echar mi madre. Era un día de suerte dentro de la mala suerte. De esta guisa compré un rasca en un estanco, pero no saqué nada, solo los 10 euros del rasca. Me quité de encima los 50 euros por si los perdía otra vez. Esta vez a la vuelta de comprar la llevaba en la mano. Fui a la hamburguesería y más aliviado pagué las hamburguesas, me dirigí a casa con el susto en el cuerpo. Cuando llegué al hogar se lo conté nervioso a mi madre.

    —Ay, mi niño, mandarte a ti a comprar es una aventura. Ya podías rascar con tu madre el rasca.

  Bueno, al fin y al cabo la mujer no se lo tomó a mal. Me comí la hamburguesa y me supo el día como una anécdota de miles. Quieras o no, podía haber sido peor. Sin embargo, supe pensar en frío y ser inteligente. Respecto a la bonoloto, alguien se sacó el bote y, como siempre, yo solo saqué las perras del bolsillo.

 

Fin.

Copyright 2024.

 

Las hamburguesas y los 50 euros al inglés.

 

Title: “The burgers and the 50 euros”

Author: Francisco Morales Domínguez.

In this life there are two types of people: those who command and those who obey. My mother was the one who commanded at home, although sometimes she did it wrong, however, you had to obey what she said. She told me to buy some burgers for lunch and gave me 50 euros.

“I want the change,” she said.

“Can I buy a lottery ticket?” I asked.

“You can do whatever you want with your money, but I want the change.”

I had a couple of euros, so, without further delay, like a good boy, I went to do my errands. I left home in November with a searing sun, I was wearing a swimsuit and a T-shirt. The swimsuit was a pair of shorts. I went to the burger place and ordered the food. As to not wait like a fool, I went to buy the lottery ticket. I had a good reason: there was a succulent jackpot. When I went to the tobacconist, I put my hand in my pocket and I had 50 euros. I bought the lottery ticket in hope of getting out of poverty. Halfway between the burger place and the tobacconist, I put my hand in my pocket again and I got a big surprise: where are the 50 euros? Alarmed, I put my hand in again, but I only have the lottery ticket. My God! What now? What do I say to my mother? The main thing at the moment was to act smartly and not lose my temper, so I retraced my steps. I saw people walking, going up and down. However, I did not give up on my mission, I walked like a secret agent in search of a fortune, of a sign that destiny would give me. I looked at every corner as I walked up the street on the way to the tobacconist. Suddenly, I saw a brown piece of paper on the ground. It was about to hit the road, so I ran excitedly, bent down and got the pleasant surprise that it was the 50 euros. Eureka! I couldn’t believe it. I was saved from the scolding my mother was going to give me. It was a lucky day within bad luck. Along this line, I bought a scratch card at the tobacconist’s, but I didn’t get anything out of it, just the 10 euros from the scratch card. I got rid of the 50 euros in case I lost them again. This time, when I came back home, I kept it in my hand. I went to the burger shop and, more relieved, I paid for the burgers. I headed home with the fright in my body still. When I got home, I told my mother about it nervously.

"Oh, my boy, sending you to do some errands is always an adventure. You could now scratch the card with your mother."

Well, at least the woman didn’t take it badly. I ate the burger, and the day tasted like one of thousands of anecdotes. It could have been worse, but I was able to think calmly and be intelligent. Regarding the lottery, someone won the jackpot and, as always, I only took the money out of my pocket.

The end.

Copyright 2024.

Las hamburguesas y los 50 euros al francés

 

Titre : « Des hamburgers et 50 euros »

Auteur : Francisco Morales Domínguez.

Droits d'auteur 2024.

 

Dans cette vie, il y a deux sortes de personnes : celles qui commandent et celles qui obéissent. Ma mère, à la maison, était celle qui commandait. Même si parfois elle le faisait mal, il fallait quand même respecter ce qu'elle avait dit. Elle m'a ordonné d'acheter des hamburgers pour le déjeuner et elle m'a donné 50

euros.

- "Je veux le retour", a-t-elle déclaré.

- Puis-je acheter un coupon de loterie? J'ai demandé.

- Tu peux faire ce que tu veux avec ton argent, mais je veux récupérer le mien!

J'avais quelques euros, alors, sans plus attendre, en bon enfant, je suis parti faire les courses. C'était novembre et je suis sorti de la maison avec un soleil qui faisait craquer les pierres, j'étais en maillot de bain et un t-shirt. Le maillot de bain était un short. Je suis passé devant le burger et j'ai passé la commande. Pour ne pas attendre comme un idiot, je suis allé acheté la loterie.

j'avais une bonne raison pour vouloir jouer à la loterie : il y avait une grosse cagnotte!

Quand je suis arrivé au bureau de tabac, j'ai mis la main dans ma poche et sentais les 50 euros. J'ai participé à cette loterie avec le grand espoir de sortir de la pauvreté.

A mi-chemin entre  le bureau de tabac et le magasin de hamburgers, je remets la main dans ma poche et à ma grande surprise, les 50 euros avaient disparu!

Je n'avais que la bonoloto!

Mon Dieu, et maintenant ? Qu'est-ce que je vais dire à ma mère?

L'essentiel pour le moment était d'agir intelligemment et de ne pas perdre mon sang-froid, alors je suis revenu sur mes pas. J'ai vu des gens marcher, monter et descendre.

Cependant, je n'ai pas abandonné ma mission, j'ai marché comme un agent secret à la recherche d'une fortune, d'un signe que le destin m'a donné. J'ai regardé chaque coin de rue en marchant vers le buraliste. Soudain, j'ai vu un papier marron sur le sol. J'étais sur le point de partir, alors j'ai couru avec enthousiasme, je me suis accroupi et j'ai eu l'agréable surprise de trouver les 50 euros. Eurêka! Je ne pouvais pas le croire! J'ai été sauvé de la colère de ma mère. C'était un jour de chance parmi la malchance. Alors, j'ai acheté un autre billet de loterie avec prix immédiat dans un bureau de tabac, mais je n'ai rien gagné, juste perdu les 10 euros qu'il m'a coûté. Je me suis débarrassé des 50 euros au cas où je les perdais de nouveau. Cette fois, j'ai gardé l'argent que j'avais dans ma main. Je suis allé  chercher les hamburgers et, plus soulagé, je les ai payés et je suis rentré chez moi avec la peur dans le corps. Quand je suis arrivé à la maison, j'ai tout raconté à ma mère.

-"Oh mon garçon, t'envoyer faire les courses est toute une aventure! Tu aurais pu attendre pour jouer avec moi à cette loterie. "

Bon, au final, ma mère ne l'a pas trop mal pris.

J'ai mangé le hamburger et j'ai gardé en souvenir ce jour comme une anecdote parmi des milliers d'autres. Cela aurait pu être pire . Cependant j'ai su penser froidement et être dégourdi. En ce qui concerne la loterie, une autre personne a gagné la succulente cagnotte et moi j'ai perdu de l'argent!

Copyright 2024.

Traducido por Helena Wagner.