Título:”El rasca y mi madre”.
Esta mañana me levanto con la
pierna menos dolorida. Voy a la ONCE a cobrar el cupón de ayer y los Triplex;
en total, nueve euros. Compro un rasca millonario: nuevo de cinco euros; con
los cuatro euros sobrantes, desayuno.
Regreso a mi casa con ganas de
jugar a los megas nuevos de 10 euros; se lo comento a mi madre.
Mi madre dice: «Pues vete al
banco, saca dinero y compra los rascas». Con mi buena fortuna, saqué 40. Mi
madre nada. Me dio la mitad y puse los euromillones de la peña; y con los otros
20 euros, fui a otro kiosco a comprar, pero no tenía. Pues nada, voy unos
metros más allá, que hay otro donde nunca saco nada y le compro dos megas
nuevos de 10 euros correlativos.
Llego a mi casa ansioso, con la
pierna dolorida, y rasco el mío. ¡Nada! Y llega mi madre y rasca el suyo y me
salta: «No me lo puedo creer: ¡1 000 euros!». Incrédulo de mí, lo compruebo y
sí, tenía el 2 1000 euros. Salto de alegría, como mi madre, pues, como jugamos
a medias, 500 son para mí.
Ya estaba contando con el
portátil y hasta con un viajecito a Gran Canaria para ver a mi amiga Juani.
Estaba más alegre que un niño el día de los Reyes Magos.
Voy al kiosco de la ONCE y le
cuento al kiosquero lo que me pasó. El chico se alegra y me dice que esa cantidad
tengo que ir a cobrarla a La Caixa. Pues nada, como un campeón, me vuelvo a
casa, pensando en que mi hermana tiene cuenta en La Caixa y que ya lo
cobraremos.
Cuando llego a casa, mi madre me
da la mala noticia: «Mira, que no rasqué bien, y no era un 2 sino un 27».
No me lo podía creer. Adiós al
portátil y al viajecito para ver a Juani, que me hace tilín.
Mi madre se rio y, para
consolarme, me dio 20 euros, y volví al kiosco por otros dos megas nuevos.
Sacamos 20 euros y decidí
jugarlos al Euromillón, pues hay un bote de 130 millones. Pero quién sabe si
tengo más suerte y conquisto a Juani. ¡Esa sería mi verdadera lotería!
Autor: Francisco Morales
Domínguez
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