Título.”El
Examen”.
Cuando eres un incomprendido no es culpa
tuya, simplemente vives en un mundo donde te vas ahogando como un pez fuera del
agua. Hasta que no encuentras la verdadera razón que te hace vivir y salir de ese pozo. La
gente no entenderá que tú veas las cosas más claras que los demás y tendrás que
actuar en el momento adecuado.
Alfredo era un joven de diecinueve años que
estudiaba el último año de un ciclo de grado superior de Administración y
finanzas. A Alfredo todos le decían que del fútbol no se podía vivir y que era
muy difícil llegar a primera división. Pero su verdadero problema era amoroso,
tenía sentimientos especiales por Estefanía Rodríguez que no se veían
correspondidos. Ella sentía una gran admiración por Alfredo, Estefanía pensaba
que era un gran muchacho pero había una
tercera persona, Carolina, que se interponía entre ellos. Él había intentado
conquistarla pero Estefanía se mostraba esquiva por culpa de su amiga. No
encontraba el momento para declarase. Su amiga siempre estropeaba su momento
glorioso con alguna patraña sobre el muchacho, le hacía dudar de sus verdaderas
intenciones. Estefanía empezó a llevar una vida alejada de Alfredo que debía
entrenar y estudiar. La competición era dura y tenía que estar concentrado, el muchacho sufría por amor.
Veía que ella se distanciaba de su vida para estar más tiempo con Carolina y
sus amigas.
Transcurrió el curso y Alfredo había
descubierto la razón del odio de Carolina hacia él y la manipulación de
Estefanía.
Llegaron los exámenes finales y el muchacho
que llevaba a duras penas las asignaturas ya que había acudido a varios torneos
que le había quitado tiempo. Tuvo éxito a los que fue pero sabía que su historia de amor estaba inconclusa.
Necesitaba saber si ella sentía algo más por él. No podía permitir que su amor
se escapara entre sus dedos. Tenía que cerrar la mano y que la de Estefanía
estuviera ahí.
Alfredo se presentó al examen final de
matemáticas. El profesor era el padre de Estefanía, el cual también se mostraba
intratable. Un hombre serio y recto. En la sala el muchacho cogió el examen y
unos folios, dejó a un lado el examen sin mirarlo y empezó a escribir en los
folios:
Estimado profesor
Quiero de verdad a su hija y por este motivo
escribo esta carta, mis sentimientos son verdaderos y sinceros hacia ella. Se
le han juntado amistades que le ponen en peligro a ella y a usted…
Alfredo continuó escribiendo hasta que
terminó su carta y rápidamente empezó a hacer el examen. Finalizada la hora le entregó los papeles al
profesor y se marchó.
Cuando el profesor llegó a su casa comenzó
a corregir los exámenes hasta que tuvo el de Alfredo ante los ojos. Al leer la
carta se quedó sorprendido:
…Su hija ha caído en el pozo de la droga, ha llegado a tal extremo que
vende los resultados de sus exámenes a
cambio de dinero para comprar droga...
El profesor terminó de leer la carta y fue
a ver a su hija. La engañó diciéndole
que le iba a comprar un coche y debía que hacerse una analítica para el
seguro.
Por otra parte el profesor comprobó que
muchos exámenes eran iguales sacando notas muy altas. Cuando recibió los resultados de la analítica descubrió que
el muchacho en su carta decía la verdad. Decidió volver a hacer el examen
alegando que le habían robado el maletín. Esta vez dejó un borrador falso en el
mismo lugar y el original lo escondió donde Estefanía no lo podía encontrar.
El día del examen aprobó poca gente. Las amigas de Estefanía se
sintieron engañadas y le dieron de lado culpándole de su suspenso. Cuando se
vio sola, comprendió que sus colegas tan queridas no le apreciaban. Quienes
antes le hacían reír, ahora le hacían llorar. De mariposa a oruga que se
arrastraba por el instituto. Se sintió un bicho y ante males mayores su padre
la metió en un centro de desintoxicación.
En el centro se dio cuenta del error que
había cometido. Estefanía empezó a recibir cartas de Alfredo. Un día el
muchacho recibió correspondencia de
Estefanía diciéndole que sus cartas le había ayudado mucho en su soledad. Ella
esperaba que la visitara y le hablara en persona. Alfredo se decidió ir a verla
y le llevó unas revistas. Le vio la soledad en sus ojos y ella le reconoció que
había sido una insensata. Se dejó atrapar por la nube de la falsa amistad y solo vio la luz de la realidad cuando
estuvo sola. Ella le contó que al ver la cantidad de casos de personas que lo habían pasado mal
por culpa de la droga se asustó, comprendió que no era una broma y ella le
reconoció la ignorancia propia de su juventud. Ahora había hecho planes y
pensaba estudiar algo que le permitiera viajar y conocer otras culturas que no
se basaran exclusivamente en el consumismo como diversión y entretenimiento. Él
le dijo que una amiga había estado trabajando por las mañanas en el aeropuerto
por horas y que podía estudiar de auxiliar de vuelo. A ella le atrajo la idea
de tener esa forma de turismo siendo un trabajo. Tendría que prepararse para
aprender varios idiomas y Estefanía lo vio con buenos ojos porque tenía la
facilidad para otras lenguas. Alfredo le siguió contando que en caso de que se
aburriera siempre podía contar con la opción de ser azafata de tierra. Ella se
quedó contenta con la visita y le pidió que la volviese a ver.
Llegó el día en que salió del centro y
Estefanía se apuntó a la academia de vuelo. Allí el ambiente le gustó y olvidó
la pesadilla del instituto. Alfredo se apuntó para estar con Estefanía porque
tenía claro que de algo tenía que estudiar en caso de que el fútbol le fallara.
Al final obtuvieron el diploma de auxiliar de vuelo y ella entendió que el
pasado son raíces que se plantan en el presente y que dan sus frutos en el
futuro.
Fin
#HoyNoPerderé
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