Título: “El Crimen Subcontrata”.
Con la vuelta a Villa Martínez del madrileño Carlos Pimentel, los
vecinos se vieron amenazados. Carlos Pimentel era un desheredado de una noble
familia cuyas luces habían convertido en un ladrón de guante blanco. Carlos era
atractivo, tenía 35 años y maneras de galán, ese era el verdadero miedo entre
los vecinos adinerados; que sus hijas cayeran en las redes de Carlos y no las
volvieran a ver cómo las habían visto crecer. Para Carlos en los bajos fondos y
en los barrios altos se cocía el mismo engodo para el pescado, ya fuera bacalao
o sardina. Al final lo que él quería era una vida basada en el hedonismo y el
sufrimiento no estaba en su vocabulario.
Siberio Almenara, un acaudalado hacendado, tenía una cuenta pendiente
con Carlos Pimentel, por este motivo decidió contratar a un asesino de
profesión dudosa y que por una buena suma no dudaría en darle el pasaporte a
Carlitos. No hubo ningún problema, cien mil euros fueron enviados en una bolsa
a Ginés Trujillo. Éste tenía mucho trabajo así que decidió subcontratar a
Adolfo Martinón, un conocido trepa de mundo bancario, y que, para pagar los
lujos de las mujeres de
Roberto García robó los medicamentos
del hospital y se cerró el negocio. Rodolfo cogió un periódico deportivo del lunes
y se colocó en la puerta de Carlos. Cuando Carlos después de un fin de semana
de borrachera y chicas de mala vida vio el periódico, lo cogió intrigado, leyó
los titulares y se llevó una terrible impresión. Le hervía la sangre mientras
leía dicha portada hasta que cayó desplomado de un infarto. Al venir la policía
no encontró nada, simplemente fue un fallo del corazón. El detective Galdós fue
curioso y leyó el titular del periódico: “El Tenerife sube a primera”, luego
leyó en letra pequeña: “Le volverá a tocar al Madrid en la última jornada”. A
continuación abrió la cartera de Carlos y pudo comprobar que era socio del Real
Madrid. Galdós sonrió y le dijo a su ayudante: “Carmelo, los hay que no
olvidan”.
Fin
Copyright 2023.
Autor: Francisco Morales Domínguez.
Un gusto disfrutar de tan maravillosa y amena narrativa escritor.
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