La llegada del hielo al aeropuerto de los
mares del sur se transformó en un ídolo caído. Rubio y de ojos azules, joven e
incandescente. De cerebro en ebullición y de alma sin escrúpulos. Rápidamente,
por su parecido físico, se le llamó Ice Man. Su falta de personalidad y su
crisis existencial le llevó a decir, a boca llena de un falso orgullo, que él
había venido al aeropuerto de jardinero y que las maletas para él eran «poca
cosa». Lo que él llamó «poca cosa» fue un engorro que no pudo superar. Se
convirtió en un escaqueado y no quería subirse a las bodegas de los aviones. Vio
la vía fácil de engañar a los nuevos para no dar golpe. Tal fue su artimaña y
su éxito que se vanaglorió de su listeza. Continuó su osadía en el comedor
mandando a callar a los capataces, que llevaban muchos años y, por la antigüedad,
los llamaban los «pata negra», para él ver la televisión de la cuál él no había
puesto un euro.
Ante
una remesa de nuevos operarios, tuvo la mala fortuna de emplear su engaño a un
joven que venía de baja y le preguntó: «¡Oye! ¿Tú eres nuevo?». El joven le
contestó afirmativamente. En ese instante, Ice Man pensó que un inocente
conejito había caído en su trampa y le contestó: «Pues mira, los nuevos se
tienen que subir a la bodega para que aprendan». El joven no daba crédito a sus
ojos y le preguntó: «¿Y tú cuánto tiempo llevas aquí?». Ice Man respondió con
orgullo que tres meses. La respuesta del joven fue demoledora: «Pues yo llevo
tres años y, como soy más veterano, te subes tú a la bodega». Ice Man se sintió
humillado y, ante la dura labor que le esperaba, decidió hacer de las suyas, y
fue directo al capataz. Este era un pata negra y escuchó la batalla de los dos
operarios. El pata negra que era un habitual a hacer la sobremesa, no dudó en
decirle a Ice Man: «Los nuevos tienen que subir a la bodega para que aprendan».
Nunca supe más de Ice Man. No sé si habrá
aprendido las lecciones de la escuela del aeropuerto o seguirá con sus
pensamientos propios de un crío de parvulario.
copyright ©2015
Francisco Morales Domínguez