lunes, 15 de octubre de 2018

El reloj

          El viejo Alfredo llegó a la conclusión de que había llegado su hora. Eligió a su nieto Andrés para darle su legado, consistente en un reloj mágico. Varias veces había hablado con él de este asunto y al chiquillo le había encantado la idea de tener un reloj con el cual podría viajar por todo el tiempo.
—Toma, Andrés, con tan solo mover las manecillas viajarás por el tiempo.
—Gracias, abuelo, puedo ponerlo en práctica.
—Sí, a la hora de comer. Tú solo tienes que responder a unas preguntas.
A la hora de comer, Andrés se sentó con sus padres. Se fue a servir y su padre le gritó:
—No seas glotón y espera a que los demás se sirvan. —Al rato le preguntó —: ¿Cómo te va con las chicas?
—Estoy saliendo con Laura.
—Esa es una puta. Sal con Tania —respondió su padre.
—¿Qué piensas estudiar? —preguntó su hermano.
—Biología.
—Para que te mueras de hambre, estudia empresariales —respondió su hermano.
—¿Qué película has visto? —preguntó su madre.
—La guerra de las galaxias
—Esa película es comercial, ve Sunset Boulevard.

Andrés cogió su reloj y le dio a las manecillas. En un instante volvió a sentarse en la mesa.
—No esperes a que te sirva tu madre que no es una criada —dijo su hermano y le preguntó—. ¿Cómo te va con las chicas?
—Estoy saliendo con Tania.
—Tania es una estrecha. Sal con Raquel —contestó su hermano.
—¿Qué piensas estudiar? —preguntó su madre.
—Empresariales.
—Qué codicioso, siempre pensando en el dinero. Estudia Medicina.
—¿Qué película has visto? —preguntó su padre.
—Sunset Boulevard.
—Esa película no dio dinero, ve Tiburón.
Andrés desconcertado cogió su reloj y le dio a las manecillas. En un instante se volvió a sentar a la mesa.
—¿Puedo servirme? —preguntó Andrés.
—Sí, puedes servirte.
—¿Cómo te va con las chicas? —preguntó su madre.
—¿Con quién quieres que salga? —le preguntó Andrés a su madre.
—Con Raquel.
—Saldré con Raquel —contestó Andrés.
—¿Qué piensas estudiar? —le preguntó su padre.
—¿Qué quieres que estudie?
—Medicina —contestó su padre.
—Estudiaré Medicina.
—¿Qué película has visto? —preguntó su hermano.
—¿Qué película quieres que vea?
—Tiburón.
—Veré Tiburón.
Andrés terminó de comer. Tenía la lección aprendida y se dirigió a ver a su abuelo para contársela. Su abuelo estaba escribiendo con su máquina de escribir en su despacho.
—Abuelo, todo es criticable y no te critican cuando haces lo que ellos quieren.
—Así es, quieres conocer a los grandes genios de la historia. ¿Quieres conocer el secreto de la vida? —preguntó su abuelo.
—Sí, abuelo.
—Entonces utiliza tu reloj y buen viaje.


Autor: Francisco Morales Domínguez

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El Dinero

      Jonay se había reunido con sus padres para darles una noticia reveladora. Iba a estudiar Filosofía, pero sus padres le obligaron a estudiar Empresariales porque era dinero. Sus padres sin darse cuenta le habían convertido en un frustrado. Terminó la carrera de Empresariales, pero no estaba contento con su vida. Su rebeldía le llevó a estudiar Filosofía por su cuenta. Allí conoció a una persona que dio un poco de luz a su oscura vida. Se llamaba Sonia. Y se enamoró perdidamente de ella. Un buen día se lo comunicó a sus padres. Pero ellos le obligaron a casarse con Carolina porque era dinero: sus padres le volvieron a hacer la jugada, pero esta vez era peor, le habían convertido en un infeliz. Estudió unas oposiciones a profesor de Filosofía en un instituto y las aprobó. Se divorció de Carolina y volvió con su verdadero amor, quien lo perdonó. Llegaron los niños sin darse cuenta. Era feliz y estaba realizado. Y así pasaron los años. Un buen día sus padres, arruinados, le llamaron y le comunicaron que no se podían valer por su cuenta; le pedían que los cuidara. Jonay les contestó que se tendrían que ir al asilo porque él no podía dejar su trabajo y familia para cuidarlos porque ya no eran de su familia.

Autor: Francisco Morales Domínguez
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